miércoles, 25 de noviembre de 2009

Ayahuasca, Libertad y Responsabilidad

Escribo estas líneas cubierto por el calor de una manta que aun conserva los olores de las flores y humos sacros usados en una ceremonia de sanación con plantas sagradas, ritual milenario donde bebimos el fruto de la tierra, conciencia infinita de Ayahuasca, infusión de vegetales amazónicos, planta maestra, que experimenté por primera vez y que sinceramente me ha hecho ver el mundo desde una perspectiva humana y a la vez divina, por algo Ayahuasca en Quechua significa la soga de los muertos, más aún, la liana que une a los vivos con los muertos, lo terrenal con lo supraterrenal, lo humano con lo divino, la carne con el espíritu, me une a mi conmigo, y aquí deseo detenerme unos momentos para tratar de expresarlo un poquito mas: esta soga conecta nuestro ente corpóreo con nuestro ser espiritual, esto es la mas pura, delicada y completa introspección que podría realizarse, pues mas aún, además de conectarnos con nosotros mismos nos conecta con la tierra, que es nuestra madre, casa, sustento y protección, ; así dejamos el cuerpo físico en un estado narcotizado y elevamos nuestro espíritu en un torrente delicioso hacia el infinito, que en realidad somos nosotros mismos, pues es cierta la afirmación que el universo es tan grande hacia fuera como hacia adentro y con la Ayahuasca nos sumergimos en estas maravillosas profundidades de nuestro ser y desde ahí comenzar a sanarnos, a trabajar desde nuestro interior hacia fuera, no curando síntomas sino que sanando de verdad, reorganizando y armonizando mi cuerpo con mi espíritu.


Ahora bien, realizar esta aventura, expedición, viaje, o más bien sanación no es posible sin la ayuda de alguien que nos guíe y nos cuide durante la ceremonia, dicho guía se le conoce como chamán, depositario de vasto y milenario conocimiento que ha aprendido durante largos años de ascetismo, estudio, uso y comprensión de la naturaleza, conocimientos que a su vez adquirió de un maestro, el cual siguió el mismo camino y fue precedido por otro chamán y así podríamos seguir remontándonos por muchísimos siglos, mas aya de la institucionalización de esta sociedad mal llamada moderna, antes de las guerras de independencia, anterior a la época colonial y mucho antes que la llegada del hombre blanco a América, mucho antes de todo esto el chamán ya era depositario del conocimiento de la naturaleza y capas de usarlas en beneficio de toda la comunidad para aliviar y guiar sus cuerpos y espíritus. Hoy en día aún existen chamanes que cumplen dicha función. Así, para realizar la curación con Ayahuasca lo necesitamos a él para guiarnos y cuidarnos durante esta ceremonia milenaria.

Ahora bien en esta época de modernidad, tecnología, conocimiento (conocimiento a medias solamente), se nos prohíbe el uso de estas sustancias naturales y sanadoras, mas aún se amedrenta a los usuarios y se criminaliza a nuestros guías, malamente por encontrarse tipificado el compuesto activo de la ayahuasca, DMT, en una lista que en algunos casos combina sustancias que no generan un real perjuicio en el individuo y las pone al mismo nivel de químicos que devastan a gran parte de la población, como por ejemplo clasificar a la marihuana al mismo nivel de la cocaína es una estupidez tan grande y que sirve de claro ejemplo de que lo que hace el CONACE en materia de prevención no siempre es lo adecuado.


Además de esto, me pregunto donde se encuentra la libertad del individuo de velar por si mismo, de realizar lo que mejor le parezca mientras no haga daño a los demás, más aún, el estado tiene el deber de contribuir a crear las condiciones sociales que permitan que todos y cada uno de los integrantes de la comunidad nacional logren su mayor realización espiritual y material posible, con pleno derechos a los derechos y garantías establecidos en la constitución, así mismo es un derecho constitucional (artículo 19. 7º) la libertad personal y la seguridad individual, y esta libertad, creo yo, va muchísimo mas lejos, así, yo como individuo solo deseo poder realizarme como tal y que se me respete como persona adulta e individual, co razonamiento tal que pueda tomar mis propias decisiones, para lo cual el estado debe entregarme todas las herramientas posibles para que yo tome la decisión mas adecuada, pero que esa decisión la sea mía.


Así, con el sistema imperante hoy en día, en donde en vez de tratarnos como personas adultas, libres e inteligentes, capases de tomar decisiones, se nos trata como a niños pequeños irresponsables, y claro, si así se nos trata, somos una sociedad que no ha madurado y que probablemente nunca lo hará.


Si queremos individuos responsables es preciso que no se nos reprima en aspectos que son de nuestra propia intimidad e individualidad.



Libertad = Responsabilidad



Jota