Cuanto hace que no nos vemos
bajo los fríos de mayo
o de cualquier mes, que más da,
si ya no te encuentro, por los pasillos
linterna oscura
corazón de los muchachos
poseídos por la noche
violencia implícita
muerte súbita, explícita
desde siempre en tus ojos
amatistas al vuelo del pájaro
del albatros muerto por un viejo marino
del colibrí, también llamado picaflor
de la libélula o de mi alma.
Te encerraste para no sufrir
hipócrita, lanzallamas de las viejas generaciones
adoquines rotos por la falta de uso, o quizás por excesos
como están mis labios y los tuyos
es cosa del deseo
y no escatimo en gastos, porque no quiero
y bebo de la copa mas grande
pero del cristal mas opaco
que no refleja tu rostro
henchido por los golpes que jamás te di,
debí dártelos hace tantos años,
para que reaccionaras o dejaras de reaccionar
o de sobreactuar o de padecer o de lastimar
o de acurrucarte en una esquina
para que alguien te encuentre adormecido
son tantas cosas…
cuanto hace que no nos vemos
como cuando niños
y la playa y el morro y la conchuela
y la arena y la roca y la duna
y el mar que estaba en todos lados,
carreteras que hoy son inalcanzables
porque tampoco a ti te alcanzo.
Cuanto hace que no nos vemos
me pregunta, a cada momento el niño
en el reflejo, en la foto y en el retrato
cuanto hace que no nos vemos
me preguntan mis labios
y yo, desnudo frente al espejo.
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